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Chistes sobre un secuestro

Tres cooperantes secuestrados en Mauritania, al parecer, por Al Qaeda. ¿Le encuentran la gracia por algún lado? Pues a unos cuantos aporreadores de teclados les parece para partirse. José García Domínguez, musgo crecido en las pantorrillas de Jiménez Losantos, se chotea así de los retenidos en Libertad Digital: “Antes, cuando Franco y todo aquello, los chicos con inquietudes de las familias bien se hacían del Partido Comunista para expiar su mala conciencia por los golpes que no les había dado la vida, que diría Gil de Biedma. Y ahora montan oenegés con tal de arreglar el mundo durante unas vacaciones de quince días en temporada baja”. Vamos, que se han ganado a pulso lo que les pase por solidarios, o sea, por rojazos.

Desde su puesto de despelleje en ABC, Antonio Burgos añade que también por sospechosos de secesionismo. Es lo que pasa cuando se sale mundo adelante sin la protección de un detente bala rojigualda: “Qué puntería tienen los secuestradores, hijo: siempre secuestran a españoles de provincias que no quieren ser España, que desprecian su bandera, su lengua, su cultura y hasta su fiesta de los toros. Los secuestrados, o son vascos o son catalanes. Todavía está por ver que secuestren a un señor de provincias de Zamora, orgullosísimo de ser español”.

¡Que los libere Laporta!

Un momentito, que Burgos no ha terminado de evacuar. Aún le queda la ventosidad final, dirigida a quien se empeña en evitar que apiolen a estos ingratos ciudadanos con DNI español: “Y qué puntería también la del Reino de España, que le manda la Armada a los que no llevan la bandera patria en sus barcos y la Guardia Civil a los que tendrían que pedir que los liberara Joan Laporta con las castas todas del Estatut Tururut”.

A Gabriel Albiac no parecen preocuparle tanto las partidas de nacimiento de los secuestrados. Lo que le hace echar las muelas al columnista de ABC es que no haya bemoles a acabar a sangre y fuego con los infieles: “Nos rendimos, en 2004, al único y terrible ataque recibido. A la inversa de lo que sucedió en los Estados Unidos, y luego en Gran Bretaña, cumplimos los dictados de nuestros asesinos. Nos hemos rendido hasta a los irrisorios piratas de Somalia. Seguiremos rindiéndonos frente a todo aquel que haga signo de amenazarnos. Y cada vez serán más, y cada vez seremos más débiles, y cada vez más esclavos, más en el último centímetro de tierra firme. Un paso atrás, y el abismo”. ¡Que resucite el Cid!

Fuente: Público. Autor: Javier Vizcaíno.

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